Takayama es una tranquila ciudad ubicada en la prefectura de Gifu, en el centro de Japón. Es conocida, entre otras cosas, por albergar uno de los festivales más famosos del país nipón, el Takayama Matsuri (que en realidad son dos: el de primavera y el de otoño). Sin embargo, es también un lugar turístico digno de ser visitado en cualquier época del año. Entre otras cosas, Takayama ha sabido conservar su casco histórico como pocas otras ciudades de japón. Recorrer sus calles es como dar un paseo por el Japón más tradicional, pero hay además otros muchos lugares interesantes que ver en Takayama.
Estamos ante una ciudad bastante tranquila, excepto durante el famoso Festival de Takayama.
También se conoce a esta ciudad como Hida Takayama, principalmente para diferenciarla de otras aldeas japonesas que llevan el mismo nombre. Y es que muy cerca de aquí encontramos las montañas Hida, la cordillera más al norte de los famosos Alpes Japoneses. La famosa carne de Hida (Hida Beef) es el plato estrella de la región, y una muestra más de que la cocina japonesa no es solo sushi y ramen.
Muy cerca de Takayama se encuentra la aldea histórica de Shirakawago, otra de las visitas obligadas de la región y que no puedo dejar de recomendarte. De hecho, la escapada de dos días a Takayama y Shirakawa es uno de los mejores recuerdos que guardo de nuestro viaje a Japón 🙂
Índice
- 1 Qué ver en Takayama en uno o dos días
- 2 Sanmachi Suji, el casco histórico de Takayama
- 3 El santuario de Sakurayama Hachimangu
- 4 El Takayama Jinya, la casa gubernamental histórica
- 5 La pagoda del templo Hida Kokubun-ji
- 6 El río Miyagawa y el puente Nakabashi
- 7 Los templos de la ruta Higashiyama de Takayama
- 8 El Museo de Historia y Arte de Takayama
- 9 La puerta del templo Takayama Betsuin Shorenji
- 10 Un paseo por la Takayama residencial
- 11 Dónde comer en Takayama
- 12 Dónde dormir: hoteles en Takayama
- 13 Como llegar a Takayama con el JR Pass
Qué ver en Takayama en uno o dos días
Por Takayama puedes encontrar pequeños templos como este en cualquier lugar.
Takayama es una ciudad relativamente pequeña, especialmente si la comparamos con monstruos como Tokio u Osaka. Por este motivo, es probable que con un par de días tengas suficiente para conocerla a fondo. Casi todos los sitios importantes se concentran en torno al barrio de Sanmachi Suji, al este de la ciudad. Es precisamente por este barrio por donde vamos a comenzar nuestro recorrido por los lugares de interés que hay que ver en Takayama.
Sanmachi Suji, el casco histórico de Takayama
La calle de Sannomachi es la más popular del barrio.
El barrio histórico de Sanmachi-Suji se organiza en torno a tres calles paralelas, conocidas como Ichinomachi, Ninomachi y Sannomachi (ichi, ni y san significan respectivamente uno, dos y tres en japonés). Se trata de un antiguo barrio residencial, cuyas casas hoy en día se han visto convertidas en muchos casos en tiendas o cafeterías. A pesar de ello, el barrio mantiene casi intacto todo su encanto original.
La mayoría de estas viviendas son de la última etapa del periodo Edo. Dicho periodo, también conocido como Shogunato Tokugawa, abarcó desde el año 1600 hasta el año 1868, cuando tuvo lugar la Restauración Meiji y Japón se abrió al resto del mundo.
El famoso “rickshaw” o pequeño carro de dos ruedas a tracción humana.
Entre los diversos tipos de locales que encontramos destacan muy especialmente las antiguas destilerías de sake, algunas de las cuales llevan funcionando cientos de años. El sake o licor de arroz es una de las especialidades locales de Takayama, y de hecho se pueden hacer varios tours entre las diversas destilerías. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el sake solo se produce durante la temporada de invierno, que tiene lugar entre noviembre y marzo. En cualquier caso, podrás disfrutar del sake de Takayama en cualquier época del año.
Las famosas tiendas de sake son otro de los reclamos turísticos de Takayama.
Paseando por el barrio podemos encontrar abiertas al público algunas casas de estilo algo más señorial. Solían pertenecer a familias importantes de Takayama, y hoy en día funcionan como museos o galerías de arte. Destacan por ejemplo el Museo Folclórico Kusakabe o el Museo Folclórico de Fujii. Los precios de las entradas suelen rondar los 500-700 yenes.
La bonita puerta de entrada del Museo Folclórico de Fujii
Justo a la entrada del barrio, muy cerca del famoso puente rojo de Nakabashi, encontramos otro de los edificios importantes de la zona. Se trata del Edificio Conmemorativo de la Municipalidad de Takayama. La entrada es gratuita aunque, eso sí, tendrás que descalzarte para entrar. Este lugar sirvió de oficina de la ciudad entre los años 1895 y 1968.
Fachada principal del “Takayama City Archives Museum”
El santuario de Sakurayama Hachimangu
Como siempre, un gran torii marca la entrada al santuario sintoísta.
Sakurayama Hachimangu es el principal santuario sintoísta de la ciudad y uno de los sitios más interesantes que hay que ver en Takayama. Se encuentra en el lado nordeste de la ciudad, justo al lado del Museo de carrozas del festival de Takayama o Takayama Matsuri Yatai Kaikan (el cual no tuvimos oportunidad de visitar, pero por lo visto está bastante bien).
El Festival de Otoño de Takayama es el festival anual de este santuario. Se celebra tradicionalmente los días 9 y 10 de octubre, y también es conocido como Festival Hachiman.
El salón principal del santuario Sakurayama Hachimangu.
En Japón existen numerosos santuarios que llevan el sobrenombre de Hachimangu. Por ejemplo, el principal santuario sintoísta de Kamakura se llama Tsurugaoka Hachimangu. El motivo es que estos santuarios están dedicados a Hachiman, el dios sintoísta de la guerra. El animal con el que suele asociarse es la paloma, en contraste con los zorros de Inari. En el santuario de Sakurayama encontraremos también un pequeño pabellón dedicado a esta otra deidad.
Pinturas japonesas en uno de los pabellones exteriores del santuario.
Los orígenes del santuario de Sakurayama Hachimangu datan del siglo V. Según la leyenda, el emperador Nintoko ordenó al principe Takefurukuma someter a una malvada bestia de dos cabezas. El joven príncipe vino a este lugar y rezó por salir victorioso de su misión. Siglos más tarde, en 1683, el ya santuario fue agrandado y designado como protector de la ciudad. Hoy en día, mas de millón y medio de personas visitan anualmente este lugar.
Este torii de piedra fue levantado en el año 1730.
El Takayama Jinya, la casa gubernamental histórica
Vista de la entra principal del Takayama Jin’ya
Este bonito edificio constituía las oficinas del gobernador de la provincia de Hida en tiempos del shogunato de Tokugawa. Es sin duda uno de los lugares más interesantes que hay que ver en Takayama, y en mi opinión una de las visitas obligadas de la ciudad. Hoy en día se pueden visitar todas y cada una de las salas del edificio, lo cual sirve para hacernos una idea de cómo se vivía en el Japón de principios del siglo XIX. Además, podemos encontrar todo tipo de muebles y objetos decorativos de aquella época, además de estancias tan interesantes como las antiguas cocinas o la pequeña sala para la ceremonia del té.
Plano del Takayama Jinya, con la distribución del edificio y los jardines.
El edificio principal del recinto fue reconstruido en 1816, y desde entonces ha permanecido intacto. Fue utilizado oficialmente hasta 1969, y hoy en día se ha convertido en un museo abierto para todo tipo de público. El precio de admisión es de 430 yenes (al cambio poco más de tres euros) y la visita dura en torno a la hora. En mi opinión, 100% recomendable.
La estancia más importante del edificio es la gran sala de conferencias u ohiroma. Con un área de 49 tatamis, este gran salón podía ser dividido a su vez en tres estancias más pequeñas, por medio de puertas deslizantes. Al fondo de la sala podemos ver dos caracteres especialmente importantes: 忠, representando la lealtad al shogun, y 孝, representando el respeto por los padres y los ancestros en general. Las políticas del gobierno de entonces a menudo estaban basadas en el confucionismo, el cual solía promover la moral, el orden social y una estricta jerarquía.
Los 49 tatamis de la gran sala de conferencias u ohiroma.
Junto al edificio principal encontramos un gran almacén o kura, donde antiguamente se guardaba el arroz en grandes cantidades. Construido en el siglo XVII, se trata de uno de los almacenes de arroz más grandes y antiguos de los que todavía se conservan en Japón. En aquella época los granjeros estaban obligados a pagar los impuestos mediante sacos de arroz, la moneda de cambio de entonces.
Por todo el edificio encontramos obras de arte y caligrafías.
La distribución del edificio le permite articularse en torno a varios jardines japoneses. Esto permitía abrir porches desde prácticamente cualquier estancia de la casa. De este modo, tanto los habitantes de la casa como sus visitantes tenían la sensación de estar en medio de la naturaleza en todo momento.
Uno de los muchos porches para contemplar el hermoso jardín japonés.
Otra de las estancias importantes del Takayama Jinya es la sala de justicia e interrogatorios, conocida como oshirasu. En este lugar se juzgaban y resolvían todo tipo de problemas relacionados con la recaudación de impuestos, entre otros. Los prisioneros a menudo eran castigados y torturados severamente, mientras duraba su interrogatorio por parte del oficial de turno.
Representación de algunas de las torturas a las que eran sometidos los prisioneros.
La pagoda del templo Hida Kokubun-ji
Vista de la pagoda de 3 plantas del Hida Kokubunji.
Hacia el norte, en una zona algo más alejada del casco viejo de Takayama, encontramos el templo de Hida Kokubun-ji. Este templo budista fue levantado durante el periodo Muromachi (1336-1573). Sin embargo, dentro del recinto se pueden ver también los cimientos de una estupa budista mucho más antigua (siglo IX).
La construcción más singular del templo es sin duda la pagoda de tres plantas y 22 metros de altura. Considerada un caso único en la región de Hida, la pagoda actual fue construida en el año 1821, después de que otra anterior se viniera abajo a causa un fuerte vendaval.
El milenario árbol ginkgo del templo Hida Kokubunji.
Dentro del recinto del templo encontramos además un gran árbol ginkgo con más de 1200 años de edad. Con una altura de casi 30 metros, en Japón se le considera todo un monumento natural. Los habitantes de Takayama veneran al árbol de Kokubun-ji como el gran pregonero del cambio estacional. En el pasado se creía que la caída de sus hojas anunciaba la inminente venida de la temporada de nieves.
Escultura de monje budista en el templo de Hida Kokubunji.
El río Miyagawa y el puente Nakabashi
Jóvenes japoneses disfrutando de las aguas del río Miyagawa.
La ciudad de Takayama se desarrolló en torno a las orillas del río Miya-gawa (o simplemente Miya). El río atraviesa la ciudad de sur a norte, separando el barrio histórico de Sanmachi del resto de la ciudad. Hoy en día sigue siendo un lugar muy importante para los habitantes de Takayama, y en verano puede verse a locales y turistas refrescándose en el río. Además, es frecuente ver a garzas y otras aves pescando en sus aguas. Y es que no debemos olvidar que Takayama se encuentra en medio de un hermoso paraje natural.
Una garza japonesa descansando en las aguas del río Miyagawa.
Existen numerosos puentes conectando ambos márgenes del río, siendo el más famoso de todos ellos el puente rojo de Nakabashi. Este puente conecta el Takayama Jinya con el casco histórico de la ciudad. Cerca de los dos márgenes del río se despliegan a diario sendos mercados matutinos, los cuales permanecen abiertos hasta el mediodía.
El famoso puente rojo de Nakabashi.
Los templos de la ruta Higashiyama de Takayama
Daioji, uno de los primeros templos de la ruta de Higashiyama.
Por el lado más oriental de Takayama encontramos la ruta de Higashiyama. Cuando la ciudad se desarrolló en el siglo XVI, el clan Kanamori decidió trasladar un buen puñado de templos y santuarios a las colinas de las afueras, al estilo de Kioto. Por este motivo, a la zona también se la conoce como Teramachi, que significa literalmente “ciudad de los templos”.
Hoy en día es una popular ruta de senderismo, ya que a lo largo de ella se pueden ver concentrados algunos de los templos más bonitos de la ciudad. El paseo discurre además por una zona muy tranquila de Takayama, por lo que la experiencia resulta de lo más agradable, especialmente al atardecer.
Por las colinas del fondo discurre la conocida ruta de Higashiyama.
En total podemos encontrar más de diez templos y santuarios. De hecho, a menudo cuesta diferenciar dónde acaba uno y empieza el siguiente. Una vez más, el otoño suele ser la mejor época para disfrutar del paseo, ya que los árboles comienzan a tornarse de color rojizo, muy especialmente los arces. Esto en japonés suele conocerse como momiji.
Los hermosos árboles del templo Unryuji en Takayama.
La ruta comienza con el templo de Unryuji, que es el templo situado más al norte. Su pequeña torre de la campana pertenecía al antiguo castillo de la ciudad. Su forma recuerda a las carrozas del famoso festival de Takayama. Junto al templo hay un pequeño cementerio, y por el jardín podemos encontrar hermosas camelias, arces y pinos, todos muy bien cuidados.
En este templo reposa el hijo mayor de Nagachika Kanamori, el primer samurái del clan Kanamori. Según parece, falleció por un seppuku forzado durante el famoso Incidente de Honnō-ji, a finales del siglo XVI.
Los dioses guardianes del templo Daioji.
Avanzando por la ruta encontramos el templo de Daioji, probablemente uno de los más armoniosos. Su elemento más característico es su imponente puerta Niomon, custodiada por sendos dioses guardianes o Nio. Según la creencia budista, ambos guardianes acompañaron a Buda en su camino hacia la iluminación. Una de las dos figuras siempre aparece con la boca abierta y representa el principio del alfabeto (devanagari, en este caso). La otra, con la boca cerrada, representa el fin. Juntas simbolizan el nacimiento y la muerte de todas las cosas.
El templo, perteneciente a la secta Jodo, solía formar parte antiguamente de un complejo mucho más grande. De todos modos, todavía conserva muchas estructuras interesantes. Además de la mencionada puerta, se pueden observar el gran salón principal, la torre de la campana o un hermoso pabellón hexagonal.
La bonita entrada del templo de Sogenji en Takayama.
Tras atravesar el pequeño templo de Tounin llegamos al templo de Sogenji, sin duda uno de los más bonitos. Se construyó como lugar de descanso del mencionado Nagachika Kanamori. Fue él quien mandó levantar el castillo de Takayama en el año 1588, hoy ya desaparecido. Destaca el salón principal, construido en estilo shoin-zukuri. Una de las cosas que más destacan del templo son los dragones que hay sobre una de las puertas de entrada.
Los dos dragones del templo Sogenji.
El siguiente templo de nuestra ruta es el templo de Tenshoji. Originalmente fue construido a finales del siglo doce, si bien el edificio actual data del siglo XVII. En este templó vivió durante un tiempo uno de los hijos de Ieyasu Tokugawa, uno de los grandes shogunes que unificaron Japón. Hoy en día, las estancias de los monjes han sido rehabilitadas como un albergue juvenil. La torre de la campana es uno de los elementos característicos de este templo.
La torre de la campana del templo Tenshoji en Takayama.
El templo Hokkeji, uno de los pocos que cuenta con su propio estanque, fue construido en 1558. El salón principal está dedicado al nieto del gran daimyō Kato Kiyomasa, después de morir exiliado con tan solo 19 años de edad. Junto al templo hay una pequeña estatua de Buda hecha en piedra. Los aquejados con algún tipo de dolencia suelen acudir a este templo para cepillar la estatua, con la esperanza de poder curar la parte frotada.
Por su parte, el templo Zennoji ofrece la oportunidad de probar la meditación Zazen. Es un tipo de meditación particular dentro del mundo del budismo zen. Se practica mediante la famosa postura del loto (sentado con las piernas cruzadas y la espalda erguida). Eso sí, es necesario reservar con antelación.
Uno de los pabellones axuliares del templo Zennoji.
Al final de la ruta de Higashiyama encontramos el templo Soyuji, uno de los templos más grandes y espectaculares de Teramachi. Fue construido en 1632 por dos hermanos del clan Kanamori. Aquí estudió de joven el famoso samurái Tesshu Yamaoka, quien durante la Restauración Meiji medió en la capitulación del castillo de Edo, de modo que no hubiera necesidad de derramar ni una gota de sangre.
Vista de la entrada al templo de Soyuji en Takayama.
El Museo de Historia y Arte de Takayama
La entrada del Museo de Historia y Arte de Takayama.
Este museo se encuentra muy cerca del barrio histórico de Sanmachi. Se encuentra abierto todo el año, y lo mejor es que la entrada es gratuita. Se organiza en un recorrido por 14 salas, donde se exponen diversos objetos relacionados con la historia y la cultura de Takayama. Por supuesto, algunas salas están dedicadas íntegramente al festival de la ciudad.
La puerta del templo Takayama Betsuin Shorenji
No muy lejos encontramos otra de los monumentos que hay que ver en Takayama, el templo de Betsuin Shorenji. Ubicado en un lugar no muy frecuentado por turistas, lo más llamativo sin duda es su enorme puerta de acceso. Por lo visto, el templo se encontraba originalmente en Shirakawago.
Un paseo por la Takayama residencial
Vistas de la ciudad de Takayama al atardecer.
Como en tantas otras lugares de Japón, una de las mejores cosas que uno puede hacer es perderse un rato por la ciudad y conocer un poco el modo de vida local. Eso sí, hay que tener en cuenta que en Japón a eso de las cinco de la tarde muchos locales y comercios comienzan a cerrar. A partir de este momento las calles de Takayama comienzan poco a poco a vaciarse. Podemos entonces aprovechar para sacar nuestras mejores fotos de zonas como el barrio histórico de Sanmachi, a menudo atestado de turistas.
Uno de los bonitos canales de Takayama.
Paseando por los barrios residenciales de Takayama podemos encontrar bonitas estampas, como alguno de los hermosos canales que riegan la ciudad. Con un poco de suerte es posible ver a los niños japoneses tratando de pescar en sus aguas. También dependerá del momento del año que escojas para visitar Takayama, ya que por ejemplo en invierno las nevadas son copiosas, y la imagen de la ciudad cambia por completo.
Niños japoneses tratando de pescar algún pez.
En nuestro paseo por la Takayama residencial tuvimos oportunidad de presenciar alguna que otra estampa curiosa, como niñas regando macetas con forma de Totoro, ancianos dando de comer a sus perros con cuchara, y otro tipo de extravagancias muy del gusto japonés. Claro que esto en realidad es más achacable a la cultura del país en general que a Takayama en particular 😉
Macetas de Totoro, perros comiendo con cuchara… sí, estamos en Japón.
Dónde comer en Takayama
Degustando un delicioso sashimi a orillas del río Miyagawa.
Como en todo Japón, en Takayama se pueden encontrar numerosos restaurantes donde comer bien y a buen precio. Como te comentaba a principio del post, el producto estrella local es la ternera de Hida, la cual rivaliza en calidad con la mundialmente conocida carne de Kobe. Además, a pesar de no ser una ciudad costera, en Takayama también es posible encontrar un excelente sushi y a muy buen precio.
La carne de Hida en el restaurante Maruaki
Probando la carne de Hida en el restaurante Maruaki.
El restaurante Maruaki es el sitio de referencia en Takayama para probar la deliciosa carne de Hida. En este lugar, ¡hasta las ensaladas llevan ternera!. Los precios varían en función del tipo de corte de la carne y lo grasa que sea. Lo que si te aseguro es que es una de las carnes más tiernas que he tenido oportunidad de comer.
Dónde comer sushi en Takayama
¡Bandejas de sashimi por menos de 5€!
En esta ocasión, en vez de un restaurante te recomiendo comprar directamente el sushi en sitios como este supermercado de barrio. Por unos 500 yenes (al cambio, menos de cinco euros) puedes llevarte bandejas de sashimi de todo tipo. Hay de atún, cangrejo, caballa… y la calidad es excelente. ¡Muy recomendable!
Dónde dormir: hoteles en Takayama
Nosotros nos alojamos en un excelente ryokan japonés, el Oyado Koto no Yume. Por esta vez estuvimos dispuestos a pagar un poco más con total de vivir una experiencia totalmente japonesa, y la verdad que no puedo dejar de recomendarlo. El trato es exquisito y las habitaciones muy cómodas, a pesar de dormir en el suelo (los futones son prácticamente colchones en sí mismos). Además, te dan unas yukatas (algo así como un kimono de verano) con las que puedes salir a dar una vuelta por la ciudad.
A continuación te dejo un listado con los hoteles de Takayma mejor valorados:
- Takayama Green Hotel
- Hida Hotel Plaza
- Spa Hotel Alpina Hida Yakayama
- Takayama Kanko Hotel
- Hotel Associa Takayama Ressort
Y si lo tuyo son las ofertas más económicas, te dejo también un listado con las mejores ofertas de Booking de última hora:
Como llegar a Takayama con el JR Pass
La moderna estación de JR Takayama.
Tanto si vienes desde Tokio como si llegas desde Kioto u Osaka, tendrás que subirte en ambos casos al JR Tokaido Shinkansen y bajarte en la ciudad de Nagoya. Allí, deberás cambiar y tomar un JR Hida limited express. Te recomiendo personalmente el Hida Limited Express Wide View (nº 5), ya que tiene las ventanas más grandes y podrás disfrutar mejor del hermoso paisaje montañoso que hay de camino a Takayama.
Japon y su Duende, donde lo bello y la cultura japonesa me hacen ver la grandeza de Japon quiero volver y quedarme para siempre en ese hermoso lugar donde soy muy feliz Gracias mi adorado Japon por existir en la tierra el lugar de mi corazón