¿Cuáles son los pueblos más bonitos de Francia? Esta no es una pregunta fácil de responder, ya que el país galo tiene tantos pueblos con encanto que bien podría dedicar todo un blog a hablar de ellos. Por ello, en esta ocasión me voy a centrar en los pueblos medievales de Francia, esos lugares con aspecto de cuento de hadas que tanto nos gustan. Francia, como casi toda Europa, es un país con mucha historia a sus espaldas, y eso se ve perfectamente reflejado en sus históricos pueblos y ciudades.
Beynac-et-Cazenac, con sus casas apiñadas, uno de los pueblos más bellos de Francia.
El pasado verano tuvimos oportunidad de realizar una ruta de 15 días por Francia y he seleccionado los once pueblos con encanto que más nos gustaron. Algunos de ellos, como Rocamadour, parecen salidos de obras de ficción como Juego de Tronos o el Señor de los Anillos. Pero sin duda uno de los destinos que más nos sorprendió fue la región de la Dordoña. Si te acercas a la zona, no dejes de hacer este magnífico tour por los pueblos y castillos de Dordoña (sale desde Sarlat), es uno de nuestros mejores recuerdos del viaje 🙂
Por cierto, si te gustan los castillos, no dejes de leer nuestra entrada sobre la ruta de los Castillos del Loira, una de las mejores experiencias que se puede hacer en el país galo.
Las ruinas del castillo de Fougères, en la bretaña francesa.
Carcasona o Mont-Saint-Michel sean probablemente dos de los destinos más conocidos de la Francia medieval, pero hay muchos más que espero poderte ayudar a descubrir. Eso sí, ambos son lugares imprescindibles, de esos que quitan el hipo, y como consecuencia están siempre atestados de turistas. Por ello, si los visitas te recomiendo comprar antes la entrada para ahorrarte las colas, te dejo aquí los enlaces:
Finalmente, antes de comenzar con el listado de los pueblos medievales más bonitos de Francia, solo recalcar que no sigue ningún orden de preferencia, y es que me resultaría imposible realizar un ranking. Todos estos pueblos franceses son sitios fantásticos que merecen la pena visitar. Algunos de ellos son muy turísticos, pero otros afortunadamente no lo son tanto. Seguramente me deje muchos, pero espero ir actualizando esta lista progresivamente en futuros viajes. Y es que Francia es un país infinito, al que merece la pena volver varias veces para descubrir todos sus encantos 🙂
1. Vitré
La postal más famosa de Vitre, uno de los pueblos medievales de Francia más hermosos.
Ubicada en la frontera de la histórica región de Bretaña, Vitré es sin duda una de las villas fortificadas más bellas del noroeste de Francia. Con su impresionante castillo y sus coloridas casas medievales, es el lugar perfecto para pasar un día si estás planeando un ruta hacia el cercano Monte Sain-Michel. Vitré se encuentra a tan solo 70 km de distancia y lo mejor es que aquí el turismo no está tan masificado.
Las coloridas calles de Vitré, resultado del trazado medieval de la villa.
Pasear por Vitré es una delicia, especialmente en los días soleados de primavera y verano. Las calles medievales son algo estrechas, pero sin llegar nunca a agobiar. Suele haber además pequeñas terrazas donde parar a tomar algo. Muchas de las pintorescas casas están construidas de con vigas y pilares madera, y presentan cierta inclinación, para proteger los viandantes de la lluvia y además evitar que la madera se pudra con las frecuentes lluvias.
Qué ver y hacer en Vitré: los imprescindibles
Admirar el Château de Vitré, originario del siglo XI, aunque reconstruido años más tarde. Destaca por su original planta triangular. Aunque hoy en día es visitable y suele albergar exposiciones, es de esos castillos donde lo mejor son las impresionantes vistas desde el exterior. Sin duda uno de los castillos medievales más imponentes de Francia.
Pasear por las calles del centro histórico, especialmente la Rue d’en Bas hasta acabar en la Place Saint-Yves, donde podrás tomar la foto más famosa de Vitré. ¡De postal!
- Visitar la iglesia gótica de Notre-Dame de Vitré, del siglo XIV, o la curiosa iglesia neogótica de Saint Martin.
El histórico hotel Bol d’Or, construido en 1513, en la calle Rue d’en Bas
Dónde comer en Vitré: restaurantes recomendados para degustar la gastronomía local
Dónde dormir en Vitré: hotel recomendado
Nosotros nos alojamos en el Ibis Vitre Centre, un cómodo hotel de 3 estrellas a solo diez minutos paseando del centro histórico. Además tiene el plus de contar con parking propio.
2. Chauvigny
Vista panorámica del centro histórico de Chauvigny, tomada desde este mirador.
Seguimos avanzando en nuestro listado por los pueblos más bonitos de Francia y llegamos a Chauvigny. Ubicada a orillas del río Vienne, a unos 30 km. al este de Poitiers, esta bonita villa medieval surgió en el cruce de dos importantes ejes de comunicación franceses. Chauvigny fue un gran descubrimiento para nosotros, ya que inicialmente solo la teníamos marcada para visitar la impresionante iglesia románica de Saint-Pierre, de la que te hablaré un poco más abajo.
Vista de las ruinas del castillo de los Obispos de Poitiers, en Chauvigny.
Chauvingy forma parte de Les Plus Beaux Détours de France, una curiosa asociación de pueblos franceses que en español vendría a traducirse como “los desvíos más bellos de Francia”. La ciudad medieval es muy pequeña y se puede visitar en media jornada, pero cuenta con un buen puñado de cosas muy interesantes para visitar.
Qué ver y hacer en Chauvigny: lo más esencial
- Admirar la iglesia-colegiata de Saint-Pierre, una joya del románico francés. En sus espectaculares capiteles se representan escenas bíblicas y bestias mitológicas. Recuerda mucho a la cercana Abadía de Saint-Savin, Patrimonio de la Humanidad y otro lugar imprescindible de la región.
- Visitar las diversas fortificaciones de la ciudad, entre los que destacan el château de Gouzon, con una exposición sobre arqueología industrial, y las ruinas del castillo los Obispos de Poitiers, donde se celebran juegos y actividades medievales.
El sorprendente interior de la Eglise Collégiale Saint-Pierre, en Chauvigny .
Dónde comer en Chauvigny: restaurantes aconsejados
- Restaurant Les Choucas (comida francesa)
- La Bigorne (crepería)
Dónde dormir en Chauvigny: hotel recomendado
Honestamente, lo más lógico es alojarse en algún hotel de la cercana ciudad de Poitiers (visita obligada si te gusta el románico), ya que tiene una mayor oferta hotelera. Nosotros nos alojamos en el ACE Hôtel Poitiers, situado en las afueras de la ciudad, pero con aparcamiento propio (lo cual nos venía bien por el tema del coche y las maletas).
3. Beynac-et-Cazenac
Vista panorámica de Beynac-et-Cazenac, con el castillo dominando el pueblo desde lo alto.
Ubicada en los acantilados del río Dordoña, la pequeña villa de Beynac-et-Cazenac siempre suele figurar en las listas de los pueblos más bellos de Francia. De hecho, toda la región del valle del Dordoña es preciosa y he incluido otro de sus pueblos más adelante. Paisajísticamente hablando, en mi opinión es mucho más hermosa que el famoso valle del Loira, conocido por sus magníficos châteaux.
Las impresionantes vistas desde el castillo de Beynac.
Las fotogénicas calles y viviendas de Beynac-et-Cazenac, casi siempre decoradas con flores, se organizan en torno a un abrupto barranco. En lo alto se alza el castillo de Beynac, desde el que se tienen unas magníficas vistas de todo el valle. En el pasado esta fue zona de conflicto entre los franceses, que apoyaban a su rey, y la familia Plantagenet, aliados del rey de Inglaterra, por lo que no extraña la abundancia de fortalezas.
Qué ver y hacer en Beynac-et-Cazenac: mini-guía del pueblo
- Navegar en piragua por el río Dordoña, probablemente la actividad más popular en los meses de verano. No hace falta ser un gran aventurero, ya que en esta zona el río es bastante tranquilo.
- Visitar el histórico castillo de Beynac y disfrutar de las vistas panorámicas de todo el valle. Justo al otro lado del río divisa también el Château de Fayrac, también es visitable.
Las calles de Beynac-et-Cazenac, rara vez abarrotadas de turistas.
Dónde comer en Beynac-et-Cazenac: restaurantes y terrazas recomendados
Dónde dormir en Chauvigny: hotel recomendado
Nosotros nos alojamos en el pequeño pero acogedor Hotel Pontet, de dos estrellas pero las habitaciones parecen al menos de cuatro, y no está mal de precio. Muy recomendable 🙂
Importante: en Beynac solo se puede aparcar en zonas de pago, aunque afortunadamente por las noches no hay que pagar. Justo al lado del hotel Pontet hay varias de estas zonas.
4. Fougères
Vista panorámica de Fougères, con el castillo medieval en primer plano y la villa al fondo.
Fougères es uno de los pueblos medievales de Francia más atípicos. Y es que tiene la particularidad de que su fortaleza medieval se ubica en la parte más baja del terreno, mientras que el resto del pueblo se organiza en una cornisa con vistas al castillo. Una disposición un tanto original, ¿no?
El pueblo se encuentra ubicado en la bretaña francesa, a medio camino entre Vitré y Mont-Saint Michel. Puedes por tanto marcarte una estupenda ruta medieval y visitar los tres lugares en el mismo viaje, tal y como hicimos nosotros. Seguro que no te defraudará 🙂
Las típicas casas medievales con entramado de madera, también presentes en Fougères.
Los orígenes de Fougères se remontan a la Edad Media. Su castillo fue mencionado por primera vez a finales del siglo X, aunque por entonces no era más que una construcción de madera bastante sencilla. La villa ha tenido una historia bastante agitada, con varios saqueos y masacres, primero durante la Edad Media y luego durante la Revolución Francesa. Ya en el siglo XX, para rematar, fue bombardeada por las tropas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de todo esto, Fougéres conserva buena parte de su patrimonio histórico, y hoy en día es uno de los pueblos de Francia con más encanto 🙂
Qué ver y hacer en Beynac-et-Cazenac: los imprescindibles
- Visitar el castillo de Fougères, un vasto recinto amurallado que cuenta con al menos una decena de torres. Es sin duda una de las fortificaciones medievales más impresionantes de Francia.
- Pasear por los tranquilos jardines orillas del río Nançon, y disfrutar de las hermosas vistas.
- Contemplar las iglesias de Saint-Léonard y del Saint-Sulpice, ambas de estilo gótico.
Las murallas y torres del castillo de Fougères se en cuentran en buen estado de conservación.
Dónde comer en Fougères: restaurantes sugeridos
- Au Cellier (comida francesa moderna)
- Crêperie Tivabro (crepería)
- Le Farfadet Gourmand (crepería)
Dónde dormir en Fougères: hotel recomendado
Por ubicación y su relación calidad/precio, nosotros nos decidimos por el Best Western Hôtel Des Voyageurs. Se trata de un hotel de tres estrellas, que además está bastante bien valorado en Booking.
5. Carcasona
Vista del castillo condal de Carcasona, iniciado en 1130 y posteriormente rediseñado.
Visitar la ciudadela de Carcasona (en francés Cité de Carcassonne) es toda una experiencia medieval. Y es que su doble muralla y sus más de 50 torres, en perfecto estado de conservación, no tienen comparación en Europa (con permiso de quizás Ávila, pero son muy diferentes en cualquier caso).
En la parte negativa, su espectacularidad le han convertido en uno de los destinos más populares del sur de Francia, por lo que el turismo está bastante masificado. Imagino que su cercanía a España también influirá algo. En cualquier caso, no por ello tienes que dejar de visitar esta hermosa villa medieval, ya que merece mucho la pena.
Un consejo: puedes ahorrarte las largas colas del castillo si compras previamente la entrada por internet en el siguiente enlace:
Reservar entradas al castillo de Carcasona
La doble muralla de Carcasona, la principal seña de identidad de la ciudadela.
Aunque es cierto que hoy día puede tener cierto tufillo a parque temático, al estar repleta de tiendas de souvenirs, Carcasona es un lugar con muchísima historia. La villa tiene sus orígenes en el periodo galo-romano, y ya por aquel entonces era una ciudadela fortificada. Posteriormente sería ocupada por los visigodos, quienes reconstruyeron las murallas y más tarde, en el siglo XIII, la ciudad sería sitiada durante las famosas cruzadas contra los cátaros, considerados herejes por la Iglesia católica.
Qué ver y hacer en Carcasona: lo indispensable
- Pasear entre las dobles murallas que rodean la ciudadela, únicas en Europa por su excelente estado de conservación.
- Visitar el castillo Condal, convertido hoy en museo. La entrada permite además acceder al recorrido superior por las murallas.
- Acceder a la basílica de Saint-Nazaire y contemplar sus impresionantes rosetones góticos.
Vista de Carcasona desde el castillo condal, con la basílica de Saint-Nazaire al fondo a la izquierda.
Dónde comer en Carcasona: los mejores restaurantes suelen encontrarse fuera de la ciudadela
- Le Clos des Framboisiers (comida francesa)
- Le Ble Noir (creperie)
Dónde dormir en Carcasona:
El Hotel Du Pont Vieux es un fantástico hotel de 3 estrellas, a tiro de piedra de la ciudadela. Suele estar muy bien de precio, por lo que es totalmente recomendable.
6. Saint Bertrand de Comminges
Saint Bertrand de Comminges y su catedral, siempre rodeados de verde.
Este diminuto pueblo francés fue uno de los primeros destinos que tuvimos oportunidad de visitar en nuestra ruta por la Francia medieval. Se ubica al sur de Francia, muy cerca de los Pirineos y la frontera con España. Se encuentra por tanto en medio de un hermoso enclave natural, y los verdes paisajes son uno de los atractivos del pueblo. Pese a su reducido tamaño (es poco más que una aldea que apenas supera los 200 habitantes) cuenta con su propia catedral, cuya visita es imprescindible.
Hermosas casas de aspecto medieval en Saint Bertrand de Comminges.
Saint Bertrand de Comminges se divide entre la villa alta y la baja. En la villa alta se pueden encontrar algunas casas de entramado de madera, además de la catedral, mientras que en la villa baja hay unas interesantes ruinas y vestigios de época romana y paleocristiana.
Qué ver y hacer en Saint-Bertrand-de-Comminges: lo imprescindible
- Visitar la antigua catedral de Notre-Dame, mezcla de estilos románico y gótico. Aunque lo mejor sin duda su magnífico claustro románico, repleto de detalles.
- Pasear por las calles del pueblo y acercarse a contemplar los restos de la antigua ciudad romana de Lugdunum Convenarum
- Acercarse a la basílica románica de Saint-Just de Valcabrère, en las afueras del pueblo.
Vista del hermoso claustro románico de la catedral de Notre-Dame de Saint Bertrand-de-Comminges.
Dónde comer en Saint-Bertrand-de-Comminges
El pueblo es bastante pequeño, por lo que en realidad no hay muchos restaurantes, aunque cualquiera de estos dos son excelentes para degustar la gastronomía local:
Dónde dormir en Saint-Bertrand-de-Comminges
El pequeño Domaine de Vidaussan es un cómodo establecimiento que cuenta con jardín y piscina propia, a solo 10 minutos de Saint Bertrand. Un sitio ideal para desconectar.
7. Carennac
Vista del centro histórico de Carennac.
Aunque de aspecto algo decadente, Carennac suele figurar también entre los pueblos más bonitos de Francia. Y es que su apariencia transporta al visitante totalmente al pasado. Las calles son estrechas y serpenteantes y las viejas casas y palomares, aunque algo ruinosas, le añaden un encanto especial. Además, tampoco es un pueblo especialmente turístico y la tranquilidad del lugar siempre es de agradecer.
Bienvenidos a la Francia medieval: Carennac, uno de los los pueblos de Francia con más personalidad.
Carennac es un pequeño bastante pequeño de apenas 400 habitantes, por lo que con media jornada en principio podrás conocerlo bien. Además, se encuentra en el centro de una región rica en caprichos naturales, como la espectacular sima de Padirac, y podrás conocer otras importantes villas históricas como Rocamadour.
Qué ver y hacer en Carennac:
- Visitar el Castillo de los Deanes (Château des Doyens) y la iglesia de Saint Pierre, con su magnífico pórtico románico, en el que destaca especialmente el tímpano.
- Pasear por las calles del pueblo y acercarse hasta el río, donde puedes dar de comer a los patos.
- Ir de excursión al abismo de Padirac (gouffre de Padirac), una de las maravillas naturales más espectaculares de Francia (recomiendo comprar antes las entradas en su web)
El excepcional tímpano románico de la iglesia de San Pedro, en Carennac.
Dónde comer en Carennac:
Al igual que en el caso anterior, Carennac es tan pequeño que tampoco hay muchos sitios donde elegir. Nosotros comimos en Le Prieuré, y la verdad que nos gustó todo mucho.
Dónde dormir en Carennac:
El pequeño y cómodo hostal Les Perluètes es perfecto si lo que andas buscando es un remanso de paz. Si vas en verano, podrás disfrutar de su piscina 🙂
8. Rocamadour
Panorámica de Rocamadour al amanecer
Rocamadour probablemente sea uno de los pueblos medievales de Francia más populares. Al igual que pasa con Beynac, Rocamadour también se organiza en torno a un abrupto barranco, aunque ambos tienen aspectos muy diferentes. Así, aunque los dos pueblos cuentan con un castillo en su parte más alta, en Rocamadour el gran protagonista es el enorme santuario encaramado en la roca. Un lugar sorprendente que parece salido de una película de fantasía.
Por cierto, el mejor lugar para tomar panorámica del conjunto es el mirador que se encuentra al otro lado del valle. Recomiendo ir por la mañana o a medio día, ya que por la tarde tendrás el sol de frente.
El espléndido santuario de Rocamadour, un lugar de película.
La manera más cómoda de visitar Rocamadour es dejar el coche en el parking superior, junto al castillo, y luego tomar el ascensor (de pago) hasta el santuario. El recorrido de bajada se puede hacer perfectamente a pie, pero la subida ya es otro cantar. En cualquier caso, la visita al santuario es obligatoria. ya que el lugar y las vistas son una pasada. Eso sí, mejor acudir pronto, para evitar las hordas de turistas.
Qué ver y hacer en Rocamadour:
- Visitar el magnífico santuario de Rocamadour, lugar de peregrinación para rendir culto a su famosa imagen de Virgen Negra.
- Probar el conocido queso de Rocamadour. Hecho con leche de cabra, tiene su propia denominación de origen.
- Visitar el castillo y acercarse hasta el mirador de enfrente para tomar la mejor panorámica del pueblo.
Vista del interior del santuario de Rocamadour, con el imponente acantilado por encima.
Dónde comer en Rocamadour: restaurantes aconsejados
Dónde dormir en Rocamadour: hotel recomendado
9. Castelnaud-la-Chapelle
Vista del castillo de Castelnaud-la-Chapelle, otra gran herencia de la Francia medieval.
Este diminuto pueblo surgió a los pies del imponente castillo de Castelnaud, levantado para hacer frente al castillo de Beynac, al otro lado del valle. Durante la famosa guerra de los Cien Años, los dueños del castillo se posicionaron en el bando de los ingleses. Aunque siglos más tarde el castillo acabaría en ruinas, hoy está completamente restaurado y es con diferencia uno de los mejores castillos medievales de toda Francia.
Piragüistas disfrutanto en el río Dordoña a su paso por Castelnaud-la-Chapelle.
Pero sin duda, uno de los puntos fuertes de Castelnaud-la-Chapelle son las espectaculares vistas del valle del Dordoña. En mi opinión, uno de los lugares más bonitos de Francia. ¡Es todo tan verde! Por otra parte, las pintorescas casas del pueblo, aunque no son muchas, son el contrapunto perfecto al castillo y su entorno. Juntos forman un conjunto de lo más fotogénico 🙂
Qué ver y hacer en Castelnaud-la-Chapelle:
- Visitar el famoso castillo, uno de los mejores castillos medievales de que he tenido la oportunidad de visitar, y disfrutar de las magníficas vistas del valle.
- Acercarse hasta el río y, por qué no, disfrutar de la pesca, la natación o el piragüismo.
Las casas del pueblo a los pies del imponente castillo de Castelnaud.
Dónde comer en Castelnaud-la-Chapelle: restaurantes recomendados
La verdad es que hay muy poca opción de alojamiento, por lo que es mejor recurrir a los alrededores. Nosotros lo que hicimos fue dormir en el Hotel Pontet en Beynac, a muy pocos kilómetros de aquí.
10. Aubeterre-sur-Dronne
Vista de Aubeterre-sur-Dronne, en la región de Nouvelle-Aquitaine.
Aubeterre-sur-Dronne lleva con orgullo el título de uno de “los Pueblos más Bellos de Francia” desde 1993. Este pequeño remanso de paz, ubicado a unos 100 km. al norte de Burdeos, cuenta en su haber con dos importantes monumentos histórico-artísticos como son la iglesia subterránea de San Juan, excavada bajo la roca, y la iglesia de Saint-Jacques, con su hermosa portada románica.
La portada románica de la iglesia de Saint-Jacques, en Aubeterre-sur-Dronne.
Qué ver y hacer en Aubeterre-sur-Dronne:
- Visitar la iglesia monolítica de Saint-Jean, excavada totalmente bajo la roca. ¡Parece salida de una película de Indiana Jones!
- Pasear por el pueblo y acercarse hasta el río Dronne, del que toma su nombre
- Admirar la magnífica portada románica de la iglesia de Saint-Jaqces, del siglo XII.
- Desconectar y tomar algo en las terrazas de la Plaza Trarieux.
El impresionante interior de la iglesia monolítica de Saint-Jean, en Aubeterre-sur-Dronne.
Dónde comer en Aubeterre-sur-Dronne: restaurantes recomendados
11. Mont Saint-Michel
El Mont-Saint Michel, uno de los destinos turísticos de Francia más famosos.
Y acabo esta lista dedicada a los pueblos con encanto de Francia con el extraordinario Mont-Saint Michel, todo un símbolo de la Francia medieval y uno de los lugares más visitados del país galo. Como dato curioso, el pueblo como tal apenas ronda los 50 habitantes.
Por desgracia, tal y como pasa con Carcasona, hoy en día casi se ha convertido en un parque temático, repleto de turistas y tiendas de souvernirs por todas partes. Sin embargo, sigue siendo una visita que recomendaría a todo el mundo por lo espectacular del sitio, algo único en el mundo. Las vistas de la bahía son preciosas, especialmente cuando la marea está lo suficientemente alta como para que el monte se convierta en isla.
Vista de la abadía del Monte Saint-Michel, con las casas del pueblo en primer plano.
Qué ver y hacer en Mont-Saint Michel:
- Dar un paseo descalzo por la bahía (siempre acompañado de un guía, ya que puede ser peligroso por lo rápido que sube la marea).
- Visitar la famosa abadía del mismo nombre, y contemplar las espectaculares vistas de 360º que se tienen desde lo alto.
Por cierto, puedes ahorrarte las colas si reservar con antelación tus entradas a la abadía en el siguiente enlace:
Reservar entradas a la abadía sin colas
Calles medievales en el interior de la ciudadela del Mont-Saint Michel.
Dónde comer en Mont-Saint Michel:
Mi consejo es que salgas de la isla y te dirijas a cualquiera de los pueblos cercanos, ya que los precios serán muchísimo más baratos. Mont-Saint Michel, al fin y al cabo, no deja de ser una trampa para turistas. En cualquier caso, siempre tienes la opción de una crepería como La Sirène Lochet, que la verdad no está nada mal.
Dónde dormir en Mont-Saint Michel:
De nuvo, no te recomiendo dormir en la propia isla, ya que los precios suelen ser caros y la calidad de los establecimientos no va acorde a lo que pagas. Mejor alojarse en un sitio de los alrededores, como Chambres d’Hôtes Les Vieilles Digues, un estupendo bed & breakfast que suele salir por la mitad de precio.
Hasta aquí la entrada de hoy sobre los pueblos de Francia. Si te interesa la Europa medieval, te invito a descubrir estos otros artículos: