La Sainte Chapelle de París es un edificio emblemático del gótico clásico que se encuentra en la Isle de la Cité, en el corazón de la capital francesa. La Santa Capilla, como se la conoce en español, es Monumento Histórico desde 1862, y gracias a su belleza y su ubicación se ha convertido en uno de los monumentos más visitados de París.

vista interior de la Sainte Chapelle de París

Vista interior del ábside de la Sainte Chapelle. 

Gracias a nuestro último a viaje a París con Voyage Prive tuvimos oportunidad por fin de visitar esta joya de la arquitectura gótica francesa. El edificio es conocido por sus hermosas vidrieras, pero como verás a continuación, escond otros muchos detalles interesantes.

Antes de continuar, si te interesa el la historia y la cultura de Francia no dejes de visitar estos dos artículos:

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Historia de la Sainte Chapelle de París

La construcción de la Sainte Chapelle

Luis IX, o San Luis, adquirió entre los años 1239 y 1242 una importante colección de reliquias de Cristo, las cuales depositó en un primer momento en la antigua capilla de palacio. Por decisión propia del rey, esta capilla fue destruida y sustituida por la Sainte Chapelle actual, para albergar dichas reliquias. Al igual que los emperadores bizantinos y germánicos, San Luis pretendía con la construcción de la Sainte Chapelle establecer un vínculo sagrado entre las reliquias y la corona real. Por lo tanto, la intención de San Luis era la de mostrar a la dinastía Capeto como heredera de la idea imperial.

La Santa Capilla se planificó con una cuádruple funcionalidad:

  • Para conservación de las reliquias sagradas.
  • Como Capilla palatina.
  • Como Colegio de canónicos.
  • Como lugar de culto para el personal de palacio.

Luis IX de Francia y Blanca de Castilla

Blanca de Castilla y Luis IX de Francia. 

Aunque se desconoce la fecha en la que comenzó la construcción de la Sainte Chapelle, debió de realizarse entre 1241 y 1244, cuando aparece mencionada la obra en una bula papal. La construcción duró entre cuatro y seis años. En 1248 el legado papal consagró la capilla superior a la Santa Cruz y la inferior a la Virgen. Aunque se desconoce el nombre del arquitecto de la Sainte Chapelle, se sabe que el propio rey debió haber colaborado de forma activa. Es en el periodo de la construcción, o inmediatamente posterior, cuando la madre de Luis IX, la reina Blanca de Castilla, debió donar el Salterio que lleva su nombre. Desde la Revolución francesa, este conocido libro de salmos se encuentra en la Biblioteca del Arsenal en París.

Historia de las reliquias de la Sainte Chapelle

Como consecuencia de la IV Cruzada y la toma de Constantinopla en 1204, se instauró el llamado Imperio Latino.  El emperador Balduino I se hizo con el control de las reliquias de Cristo que se conservaban en el palacio de Bucoleón. Entre estas reliquias se encontraban: la corona de espinos que llevó Cristo en la su crucifixión o Santa Corona, la Vera Cruz, los Clavos de Cristo o la Sábana Santa.

En 1237, el último emperador latino, Balduino II, inició un viaje por las cortes europeas en busca de ayuda contra los búlgaros que estaban sitiando Constantinopla. En este momento, Luis IX de Francia, le compró la Santa Corona por 135.000 libras.  Esta se depositó en la capilla de San Nicolás del palacio real de París en 1239. Luis IX siguió aumentando su colección de reliquias, y poco después incluyó entre otras la Santa Sangre, un pedazo de la Vera Cruz, la Santa Lanza, Leche de la Virgen y la Santa Esponja.

Como consecuencia de la Revolución Francesa, en 1790 estas reliquias fueron sacadas de la capilla. Actualmente se encuentran depositadas en el Arzobispado de París.

La decadencia y restauración de la Sainte Chapelle

En el siglo XIV, tras abandonar Carlos V el Palacio de la Ciudad como residencia real, la actividad de la Sainte Chapelle se redujo principalmente a servicios funerarios. Sin embargo, como consecuencia de una disputa por dónde se debían celebrar los funerales de Luis XV, su nieto Luis XVI prohibió que se volvieran a celebrar servicios funerarios en la Sainte Chapelle. Más tarde, en 1787, se decidió racionalizar la administración y eliminar gastos superfluos, por lo que se puso fin a los servicios regulares en la capilla.

A finales del siglo XVIII, por una serie de decretos de la Asamblea Constituyente, la Sainte Chapelle perdió sus beneficios a favor de la catedral de Notre Dame de París. Poco después, la capilla inferior se convirtió en lugar de reunión del clero refractario y la capilla superior se convirtió en el depósito de los archivos del palacio de justicia.

Detalle de luna de las vidrieras de la Sainte Chapelle de París

Fragmento de una de las vidrieras de la Sainte Chapelle, hoy  en día en el museo de Cluny. 

Al acabar la Revolución, el estado de la Sainte Chapelle era bastante lamentable. Las estatuas se habían llevado en 1816 al Museo de Monumentos Franceses, el mobiliario litúrgico había desaparecido por completo, las reliquias trasladadas y las vidrieras rotas en gran parte.

En 1825 se iniciaron los debates sobre la ampliación del Palacio de Justicia, y la Sainte Chapelle era vista como un obstáculo. Pero la conservación y restauración de la capilla fue posible gracias a la presión de la opinión pública a raíz de la publicación en 1831 de Notre Dame de París por Victor Hugo.

La restauración de la Santa Capilla se decidió en 1836 y se prolongó hasta 1863. Estuvo a cargo de los arquitectos Félix Duban y Jean-Baptiste Lassus. Fue un proyecto experimental, ya que en ese momento se restauraban pocos monumentos. Durante este proceso de restauración no sólo hubo que renovar gran parte del revestimiento externo, también se repuso y restauró la policromía de las esculturas y del resto del interior del edificio. Uno de los proyectos estrella fue la restauración de la aguja, diseñada por Lassus, y que imitaba el estilo de la construida en 1460 por Carlos VII.

La arquitectura de la Sainte Chapelle

Arquitectónicamente, la Sainte Chapelle es considerada una obra maestra del gótico clásico. Como otras capillas del periodo, se caracteriza por su gran sencillez: una única nave con dos capillas superpuestas, en este caso precedidas de un pórtico en la fachada oeste.

Interior de la Sainte Chapelle de París

Panorámica de la capilla superior de la Sainte Chapelle (foto: Denfr)

Toda la estructura tiene un carácter simbólico:

  • La aguja de la Sainte Chapelle simboliza la nueva Torre de Babel, que al estar fundamentada en el cristianismo no se derrumba.
  • Cada uno de los pilares que hay entre los vanos están decorados con estatuas de los Doce Apóstoles, simbolizando los pilares sobre los que descansa la Iglesia.
  • Las vidrieras de la Sainte Chapelle ilustran la vida de los precursores del pueblo de Dios, por lo que aparecen escenas de los profetas y San Juan Bautista.

En pocas palabras, podría considerarse como la materialización arquitectónica de la Jerusalén Celestial, construida con muros de luz.

El exterior de la Sainte Chapelle

Unas de las características exteriores más destacadas del edificio son su altura y los contrafuertes, de gran verticalidad. Los enormes ventanales ocupan todo el espacio disponible entre los contrafuertes. La decoración exterior es más rica en la parte superior, y cada ventana esta rematada por un gablete coronado con un florón. Existe un friso decorado con motivos vegetales, además de gárgolas en las arquivoltas. Por último, una hermosa balaustrada conecta los arcos trilobulados.

Por desgracia, buena parte de los detalles de la decoración exterior son apenas perceptibles por los visitantes, dado que en el patio no hay distancia suficiente para separarse y admirar la fachada.

Fachada exterior de la Sainte Chapelle de París

La espectacular fachada occidental de la Sainte Chapelle (foto: Tiraden)

Mención especial merece la fachada occidental, que se divide en cuatro niveles, de arriba a abajo:

  • En la parte más alta hay un pequeño rosetón, flaqueado por dos agujas octogonales ricamente decoradas. El rosetón está formado por cinco tréboles.
  • Por debajo aparece el gran rosetón, mucho más elaborado. Es de finales del siglo XV e ilumina la capilla superior.
  • El porche superior, que cuenta con un pórtico protegido por una galería. El tímpano está decorado con el Juicio Final.
  • Por último, el porche inferior, cuyo tímpano está decorado con la Coronación de la Virgen. El parteluz está decorado con una escultura de la Virgen y el Niño.

Entrada de la Sainte Chapelle de París con escultura de la Virgen María

Entrada a la capilla inferior de la Sainte Chapelle. 

Las esculturas de ambos porches fueron destruidas completamente durante la Revolución Francesa. Después de una investigación preliminar fueron reconstruidos por Geoffroy-Dechaume en el siglo XIX.

El interior de la Sainte Chapelle

La capilla inferior

La capilla inferior de la Santa Capilla destaca por su atmósfera oscura, que evoca a una cripta. Frente a este ambiente, destaca la delicadeza y elegancia de la decoración, que es similar a la de la capilla superior. Esta oscuridad se debe en gran parte a que, para soportar el peso de la capilla superior, los pilares están acompañados por columnas colocadas a poca distancia. Actualmente en el centro del ábside se encuentra una escultura de Luis IX.

Escultura de Luis IX de Francia en la Sainte Chapelle de París

Escultura de San Luis de Francia en la capilla inferior de la Sainte Chapelle. 

Tanto las paredes como las columnas y techo de la capilla inferior hoy día se encuentran ricamente policromadas. Las pinturas originales se perdieron como consecuencia de la inundación de 1690. La restauración de la policromía fue llevada a cabo en el siglo XIX. En la sala predominan los colores rojo y azul para realzar las molduras y pilares. Tanto en las bóvedas, como en las columnas y paredes destacan en oro las flores de lis de los reyes de Francia, así como pequeños castillos en referencia a las armas de Blanca de Castilla, madre de San Luis.

Detalle de las baldosas del suelo de la Sainte Chapelle

Detalle de las baldosas del suelo de la Sainte Chapelle. 

Actualmente, la capilla inferior se utiliza como tienda de recuerdos del Centro Nacional de Monumentos Históricos. Ello, unido a la poca iluminación, hace que en general suela prestarse poca atención a la capilla inferior. A menudo, se entiende casi como una zona de paso, pues en sus laterales se encuentran las escaleras de caracol que conducen a la capilla superior.

La capilla superior

Completamente diáfana en su interior, la luz y la intensidad de los colores que se filtran por las vidrieras hacen que la sala parezca mucho más grande. Esta sensación viene propiciada por el hecho intencionado de que su interior carece de pilares. El hecho de que no haya espacios entre los pilares de las ventanas y los soportes de los arcos contribuye a ampliar la sensación de inmaterialidad. Las bóvedas están pintadas de azul con pequeñas estrellas doradas.

Las vidrieras apoyan sobre los muros laterales, que en el interior están decorados profusamente, alternando también las flores de lis, castillos y motivos vegetales. En los pilares, en el punto de unión entre el muro y las vidrieras, se encuentran las estatuas de los apóstoles. Aunque se cree que estas estatuas son un poco posteriores al edificio, ya debían existir en 1248.

Tribuna de la Sainte Chapelle de París

Detalle de la tribuna en el altar de la Sainte chapelle.

En medio del ábside se encuentra la tribuna destinada a contener las reliquias. Fue completamente desmantelado durante la Revolución, y el dosel de piedra decorado con seis esculturas de ángeles se trasladó a Saint-Denis. Durante el proceso de restauración, Duban y Lassus reunieron todos los fragmentos dispersos y los instalaron en su ubicación original. A pesar de esto, nunca se recuperaron la verja, el altar mayor y el baldaquino real que completaban el programa iconográfico.

Las vidrieras de la Sainte Chapelle

Todas las vidrieras se encuentran actualmente en su lugar original, a pesar de lo cual, la mayor parte ha sido restauradas en el siglo XIX, respetando eso sí el estilo del siglo XIII. En el momento de construcción de la capilla se conocían dos tipos de vidrieras:

  • Las destinadas a ventanas elevadas, que debían ser vistas de lejos. Éstas se dedicaban a transmitir mensajes simbólicos del poder real o eclesiástico.
  • Las destinadas a ventanas bajas, que iban a ser vistas de cerca. Normalmente se colocaban en los laterales e incluían ciclos narrativos.

Vidrieras de la Sainte Chapelle de París

Detalle de una de las altísimas vidrieras de la Sainte Chapelle. 

Este segundo tipo predomina en la Sainte Chapelle. Sin embargo, debido a la altura de casi 15 metros de las vidrieras, es bastante difícil poder diferenciar las escenas.  Hay ocho ventanas laterales, otras siete en el ábside y el gran rosetón occidental.

La lectura de las escenas debe hacerse de izquierda a derecha y de abajo hacia arriba, línea por línea.  La narración está distribuida de la siguiente forma:

  • En las vidrieras de la nave se representa la historia del pueblo de Dios. La narración comienza en la primera ventana del ala norte con la Creación. Luego discurre a lo largo de la sala mostrando la historia hebrea, hasta la fundación de la realeza en Israel, y termina con la historia de San Luis recibiendo las reliquias de la Pasión.
  • Las vidrieras del ábside aglutinan temas espirituales, como el ciclo profético en el que San Juan Bautista anuncia al Cordero de Dios.
  • Por último, en el gran rosetón aparece representado el Apocalipsis.

Rosetón de la Sainte Chapelle de París

Vista desde el interior del gran rosetón de la Sainte Chapelle de París. 

David Sevillano

David Sevillano

Historiador y sinólogo. Me encantan los libros, viajar y todo lo relacionado con la China Antigua.

2 comentarios

  • Jose shoto dice:

    La verdad que es para quedarse con la boca abierta.
    Uno de los lugares más impresionantes de París y mira que tiene sitios.

    • David Sevillano dice:

      Pues la verdad que sí, una pena que el turista “medio” solo se acerque a Notre Dame y a menudo ignore la Sainte Chapelle! Muy chulo tu blog por cierto 🙂

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